Al encender cualquier medio de comunicación y escuchar las noticias podemos imaginar que el mundo se encuentra fuera de control o estamos llegando al fin de nuestros tiempos, pero lo que actualmente estamos viviendo es a consecuencia de la vibración planetaria y de la conciencia de los seres que habitan en él, si leíste bien los seres que habitamos en el planeta somos causantes en gran medida de los desastres naturales que vivimos.
Actualmente en México nuestro país existe descontento, inconformidad, desaliento, insatisfacción, enojo, inseguridad, pobreza, pero esta situación no es exclusiva ya que en muchas zonas del mundo se repite la misma situación, es fácil creer que el mundo está fuera de control y que no importa lo que pensemos o hagamos, no hay nada que podamos hacer al respecto. Y, por supuesto, es esta falta de control lo que nos hace sentir indefensos, sin esperanza y, lo peor de todo, con miedo Ahora bien en esos puntos donde esas energías a las que llamamos de baja vibración se concentran es donde se detonan esos focos de reacción planetaria, solo fija tu atención a que zonas han sido devastadas por desastres naturales, las más pobres, con menos recursos económicos o bien son zonas vulnerables. En esta reflexión te invitamos entender que la tierra no está enojada con nosotros, no nos está castigando, la tierra, al igual que los seres que habitamos en ella, es un ser vivo de conciencia y amor, pero como ser de conciencia que es, también tiene derecho a reaccionar y esas catástrofes naturales son su respuesta.
Los seres que habitamos el planeta estamos inmersos en una gran red de conciencias en la que la Tierra también forma parte, por lo que todas las emociones y energías que día a día todos generamos se van acumulando como en una gran olla de presión en la que tarde o temprano tendremos que liberar por medio de una válvula de escape, por medio de las sacudidas, lluvias excesivas, huracanes, etc.
Estos fenómenos naturales hacen que nos desconectemos de manera temporal a esos pensamientos de baja vibración, por esto te invitamos a reflexionar y preguntarte ¿cuáles son mis sentimientos o creencias que sostengo y he mantenido por mucho tiempo?, ¿me siento feliz?, ¿pleno?, ¿realizado o satisfecho con lo que hago?, ¿de qué manera puedo contribuir a cambiar o mejorar esta situación?, ¿cómo puedo contribuir positivamente en mi entorno?, créeme siempre hay luz al final del túnel no hay nada que no tenga solución
Tampoco queremos que te sientas mal por esos sentimientos, eres humano. Y tampoco estás solo. Todo el mundo tiene miedo. Y no solo por los terremotos, los huracanes ni los desastres nucleares, tienen miedo de vivir, amar y creer en sí mismos. Tienen miedo de descubrir quiénes son verdaderamente en busca de una vida con significado una vida que trascienda todos los desafíos que enfrentamos como planeta.
Sí, el mundo es oscuro. Pero centrarse en la oscuridad sólo lo hará más oscuro. Sin embargo, es importante recordar: la parte más oscura de la noche es justo antes del amanecer. Veamos con amor y no con miedo a nuestro querido Planeta, a nuestra madre Tierra que amorosamente nos sostiene en su superficie, entendiendo que ella no pretende lastimar, ella pretende ayudar al despertar de la humanidad, logrando despertar a los seres de amor y paz para que vivamos en armonía, necesitamos buscar la luz. Y esa luz eres tú.
También somos testigos de situaciones poco amorosas como asaltos, noticias alarmantes, situaciones que nos pretenden sacar de esa gran burbuja u oleada de amor incondicional, pero estas acciones que etiquetamos como negativas son temporales es solo una reacción a lo acontecido, es como destapar una coladera donde salen cucarachas y ratones ellos estaban ahí antes de darnos cuenta y sus ataques también obedecen al miedo que sienten.
Todos estos movimientos son parte de una gran limpieza planetaria y de los seres que aquí habitamos y esta limpieza es la que necesitamos para nuestra evolución y estar preparados para ese salto cuántico que se avecina.
No tengas miedo, el miedo te lleva a la desarmonía, es momento de confiar y tener fe de que lo que vivimos es para bien de toda la humanidad.